Matteo Rogers
El restaurante italiano de Matteo en el centro se presenta con una apariencia de encanto rústico, pero bajo la superficie, la ejecución es decepcionantemente pedestre. La tan elogiada lasaña 'de autor' era densa, demasiado salada y, francamente, sabía como si se hubiera preparado horas antes del servicio. La pasta, claramente no hecha en casa, poseía una textura gomosa que traicionaba cualquier pretensión de autenticidad. El servicio fue atento, quizás demasiado, rozando lo intrusivo. Un lugar que se basa en la reputación en lugar de la habilidad culinaria genuina. Evitar.
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